Unas ganancias de 600 millones de dólares, 4.6 millones de compras en PPV, asientos por un precio de más de 1000 dólares; y no precisamente en silla de ring. Multitud de celebridades; Robert de Niro, Clint Eastwood, Prince, etc…
Toda esta auténtica locura se fue gestando durante años. Es más, algunos vimos casi imposible que se terminara produciendo el combate más importante de esta era. Las exigencias de unos y otros, cortaban de raíz las ganas del aficionado, que veía cómo año a año se iba escapando la opción de ver un combate entre Manny Pacquiao y Floyd Mayweather, en la mayor de sus plenitudes.
Y así fue, tras varias reuniones, tanto casuales, como más tarde, organizadas. Acabaron por resolver el reparto monetario y las pruebas de dopaje que exigía Floyd y toda la multitud de detalles, insignificantes para algunos, muy importantes para los protagonistas. El 2 de mayo de 2015 iba a ser el día.
En todo ese tiempo de «negociación» y de reclamo del público, Manny Pacquiao sufrió la peor derrota de su vida (KO ante Márquez) y Floyd Mayweather, apenas había tenido sobresaltos, salvo con el «Chino» Maidana. No obstante, Floyd iba perdiendo reflejos; los años pasan para todos.
La decepción generalizada del aficionado se topa de frente con la alegría de los promotores y boxeadores, al darse cuenta de que todos esos años de espera, lejos de ahuyentar las ganas de la gente, fueron generando una expectación aún mayor. Se podía intuir bastante fácil que ninguno de los dos iban a estar en el nivel que ambos estaban cuatro o cinco años antes. El ring no miente. Pero queríamos verlos juntos dentro, sea como sea. Bob Arum, HBO y Showtime se frotaban las manos ante ese deseo.
La cruda realidad nos aplastó a unos más que a otros. Los 36 minutos de combate fueron el fiel reflejo de lo esperado por un estudioso de este deporte. No tenían más. Floyd Mayweather manejó la distancia como quiso, arriesgando cero. En el caso de Manny Pacquiao, la pérdida de chispa en sus arrancadas, sumado al recelo de entrar a lo loco, después del combate ante Juan Manuel Márquez, era una mochila llena demasiado grande para vencer al mejor boxeador de los últimos 15 años. Floyd venció por decisión unánime y retuvo sus títulos mundiales del peso welter. Cero sorpresas.
El Floyd Mayweather vs Manny Pacquiao fue el combate más importante menos interesante de las últimas décadas. El MGM de Las Vegas fue una tumba de expectación y una cuna de realidad.
En cambio, este evento ayudó a que durante semanas se hablara de boxeo en todos lados. De ese combate nacieron muchas secciones de boxeo en TV, radio, Internet, etc… El boxeo renació en muchas zonas del mundo, donde lo tenían más olvidado. Cuando las estrellas deciden enfrentarse, genera una emoción muy grande entre los seguidores del noble arte y entre los que todavía no saben que lo son.
Carlos Fernández.