Noche de difuntos

Una historia tenebrosa

Noche de Boxeo
By Noche de Boxeo 6 Min Read

Por Carlos Fernández.     1-11-2025      Noche de Boxeo

El 15 de octubre de 2015, el famoso grupo español «Estopa», compuesto por los hermanos David y José Manuel, visitó el programa de misterio «Cuarto Milenio» para contar una historia que afectó al mayor de los hermanos, David. ¿Qué tiene que ver eso con el boxeo? Ahora lo veréis.

David de ESTOPA

David expuso un hecho que le ocurrió en un hotel de Valencia, Caracobo (Venezuela), donde estaban hospedados debido a una gira musical por distintas zonas de Latinoamérica. David despertó una mañana y vislumbró a una joven con un gesto impasible a los pies de su cama. Fueron apenas unos segundos, incluso llegó a pensar que se había colado alguien de recepción o de la limpieza, también llegó a dudar de si estaba despierto mientras ocurrió la aparición o era un sueño lúcido.

Al levantarse de la cama y salir de la habitación para ir a las pruebas de sonido, fue comentando todo lo vivido, a su hermano, a distintos miembros del equipo, y a trabajadores del hotel, y aquí es, donde todo toma sentido. En el ascensor del hotel, un trabajador del mismo le dice «Eres la tercera persona que me lo dice» «Los anteriores incidían en que se escuchaban lloros» 

Se montan en la furgoneta y el miembro de seguridad, al escuchar el relato de David, le dice: «Has visto a Jennifer, hace dos semanas en la habitación que está justo encima de la tuya, han matado a una chica, la degollaron y la habitación sigue precintada» 

A lo que le instaron a que buscara en Internet la foto de la fallecida para ver si coincidía con su aparición. Y, efectivamente, David reconoció a la persona que unas horas antes había tenido a los pies de su cama durante unos segundos. El impacto mental es fuerte, no es algo que pase todos los días. David y su gente se documentaron posteriormente sobre el asesinato acaecido unas semanas antes y descubrieron que el asesino era el famoso boxeador Edwin «Inca» Valero.

El venezolano cosió a puñaladas a su mujer con un objeto punzante, parecido a un bisturí. Él mismo fue el que bajó a la recepción del hotel y contó todo. Para acabar de desatar su locura, dos días después de su arresto, lo encontraron muerto en su celda. Se había colgado con su propia ropa hasta causar su asfixia.

Edwin Valero, su esposa y sus hijas.

Edwin Valero venía de coronarse campeón mundial del peso ligero (WBC) ante Antonio De Marco en México, años atrás lo había sido del peso superpluma (WBA). Su record era de 27-0 (27 KO) y tenía el mismo peligro dentro de un ring, que fuera de él. Sufrió más de 40 detenciones mientras compaginaba su carrera deportiva con el vicio (cocaína y alcohol), unos hábitos que le condujeron hacia el desastre más absoluto. Alucinaciones, agresiones, personalidad paranoide, etc. No atendía a razones y así acabó su vida. En nuestra memoria, como fanáticos del noble arte, recordamos positivamente el espectáculo que ofrecía en todos y cada uno de sus combates, sumado a los cientos de rumores de sus sesiones de sparring ante leyendas de la talla de Óscar de la Hoya, de las que el venezolano reconoció haber «machacado» a la estrella americana.

Edwin pasó por todo lo que una persona puede pasar, desde los 11 años coqueteando con drogas, hasta el estrellato de pugilismo, para luego caer lo más bajo posible, acuciado por esos vicios sórdidos con los que empezó, que lamentablemente lo llevaron a asesinar a su compañera de vida.

David Muñoz, de ESTOPA, nos pone sobre la mesa la duda de si la muerte es el final de todo, o si, por el contrario, es el comienzo de otra cosa que desconocemos. En casos tan macabros, desearía que Jennifer estuviera en un lugar mejor, cosa que de Edwin no puedo decir lo mismo, aunque quién soy yo para juzgar.

Halloween, la noche de los muertos, llámenla como quieran, es una festividad que nació con un propósito, pero que con el paso de los años la han infantilizado y pervertido con películas de sustos y disfraces. Aunque bien aprovechada, a veces sirve para recordarnos que el mal existe y que la realidad siempre supera la ficción.

Edwin Valero con Hugo Chávez

 

 

 

 

 

 

 

 

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