Anoche, en Móstoles, se celebraba una velada de boxeo muy importante para la localidad madrileña, y es que una de sus deportistas más ilustres (Almudena Álvarez) disputaba el campeonato de Europa del peso superpluma. Marian Herrería viajaba desde Santander con su entrenador Daniel Rasilla, para intentar aguar la fiesta a los paisanos de Almudena.
El pabellón lucía sus mejores galas. Me fascinó lo bien producido que estuvo, tanto en luces y sonido, como el fulgor del público, y a pesar de durar 4 horas, no se hizo para nada tedioso, señal inequívoca del gran nivel de combates.
Hubo unos once combates en el campo amateur, unos más reñidos que otros. Después del primer descanso, el nivel aumentó, fruto de que los púgiles que subían al cuadrilátero eran más experimentados. Todo de una lógica natural.
Las 1.500 personas que abarrotaban el Polideportivo Pau 4 Sur, daban un ambiente de noche grande, de noche difícil de olvidar, se notaba desde los combates amateur que la gente tenía ganas de ver buen boxeo, y sobre todo de ver a ganar a los suyos.
El combate previo al estelar, era el primer combate profesional de la noche. Urko Polo y David Gómez iban a dirimir quién era el mejor boxeador de los dos, después de que en el mes de mayo el combate de ambos quedara en tablas, o como se dice en términos boxísticos, «combate nulo».
Nos ofrecieron un gran combate a los presentes, lleno de alternativas y con unos intercambios muy peligrosos, cualquier cosa podía pasar. David empezó más acertado y convencido del trabajo que tenía que llevar a cabo, pero el público de Móstoles empezó a llevar en volandas a su boxeador y justo antes de finalizar el segundo asalto consiguió aturdir en un cruce de golpes a su rival cuando menos se esperaba. A partir de ese momento, el peligro lo tenía Urko Polo, aunque David tiraba de orgullo, pero la sensación era de que uno subía el nivel y el otro lo bajaba, todo ello a base del gran trabajo del púgil mostoleño.
En el quinto asalto, Urko dañó a David con una buena combinación, pero a su vez, David seguía luchando por mantener sus opciones de victoria, no obstante dio igual, porque David no terminaba de recuperarse cuando Urko lanzó su ofensiva de golpes para acabar con su rival y el árbitro decidió meterse en medio y dar por finalizado el choque. En directo dio la sensación de que podía ser algo precipitada la parada arbitral, pero venía precedida, como dije previamente, de un aturdimiento de David unos segundos antes, así que es muy entendible la decisión. Urko Polo ganaba por KO técnico en el 5º asalto.
El público ya había comenzado la fiesta y quedaba la traca final. Marian salía al ring muy concentrada para el reto que tenía por delante. En cambio, Almudena salía bailando y con una sonrisa de oreja a oreja. La procesión iba por dentro o eso supongo.
Homenaje a las víctimas de la DANA, himno de España y a por la gloria.
Almudena dejó claro en los primeros instantes, que es lo que íbamos a ver sobre el ring esa noche. Abrió el libro del boxeo por la primera página y se dedicó a explicarle a su rival a base de exposiciones continuadas, todos los recursos que se pueden utilizar en el noble arte. Cambios de guardia, trabajo de la mano adelantada, golpes al cuerpo, manejo de la distancia a la perfección y experiencia a la hora de trabar las acciones cuando no interesaba. Móstoles estaba disfrutando de boxeo de alta escuela.
Marian lo intentaba y lo intentaba sin resultados positivos. De hecho, uno de esos intentos acabó en cabezazo accidental, allá por el cuarto asalto (eso dicen, yo no me acuerdo) que con el paso de los minutos dejaba ver los efectos en el rostro de la boxeadora cántabra. Muy mala suerte. En un combate tan difícil, ante una boxeadora con más envergadura, que boxea con su gente detrás, a todo eso hay que sumarle una inflamación en la parte derecha de la cara, a la altura de la frente que le bajaba al ojo. Ese «chichón» fue la tumba para las aspiraciones de Marian. Nada más terminar el 7º asalto, el gesto de Marian hacia su esquina era negando con la cabeza, parecía que la impotencia le había sobrepasado, nadie quiere retirarse así de la disputa de un europeo, no obstante, el peligro de esa hinchazón llamaba a la reflexión. El árbitro, en concordancia con el doctor y los gestos de la esquina visitante, decidió parar el combate con muy buen criterio. Lloraba de resignación la boxeadora santanderina.
Pobre de mí, que con la emoción del momento no recordé que al ser cabezazo accidental íbamos a las cartulinas. Aunque no cambiaba el destino de quién se llevaría el cinturón. La superioridad de Almudena sobre el ring se vio reflejada en las cartulinas. Un triple (80-73) de los jueces, dieron la victoria por decisión técnica a la madrileña, que ahora es campeona de Europa del peso superpluma, ninguna española lo había logrado antes en esa categoría de peso.
Tristeza y orgullo brotaban del rostro de Marian, que quiso ponerle ella misma el cinturón de campeona de Europa a su rival y también compañera. En cambio, los aficionados ya estaban de celebración y muy contentos con la tarde noche que habían vivido. A muchos no se les olvidará nunca que han visto en primera persona a su paisana lograr un título tan importante.
A mí tampoco se me olvidará el hecho de que es la primera vez, desde que tengo activa la página Noche de Boxeo, que estoy presente y puedo contar de primera mano un combate por un título importante. Ojalá sean muchos más, pero este no lo olvidaré nunca.
Crónica dedicada a mi Ángel Turrillo, Rafa y El potro.