El 5 de junio de 2025 será un día recordado para todos los amantes del noble arte, como el día en el que Vasyl Lomachenko anunció su retirada del pugilismo.
A sus 37 años, ha decidido dar carpetazo a su actividad profesional en el boxeo. Vasyl, agradece a su entorno familiar, en concreto a su padre Anatoly Lomachenko; padre y entrenador, por el cariño, el amor y todas las enseñanzas de vida que le ha proporcionado. «Estoy agradecido por cada victoria y derrota, tanto dentro como fuera del ring. Agradezco que, al concluir mi carrera, haya dejado claro, el camino que debe tomar una persona para alcanzar una verdadera victoria», declaró en redes sociales en el vídeo de su despedida.
Un señor de los pies a la cabeza que honra nuestro deporte.
Vasyl ha tenido una de las mejores carreras deportivas que un boxeador puede tener. En el campo amateur, logró dos oros olímpicos (Pekín 2008 y Londres 2012), dos campeonatos mundiales (Milán 2009 y Bakú 2011) y una plata en el campeonato del mundo de 2007 celebrado en Chicago, ante el ruso Albert Selimov. Curiosamente, esa fue la única derrota de Vasyl Lomachenko en el campo amateur. En el cual cosechó 396 victorias y una sola derrota.
Cuando el ucraniano pasó al profesionalismo, las expectativas eran tan altas que en su segundo combate ya tuvo una chance mundialista. Orlando Salido fue el encargado de apagar sus sueños, pero tan solo momentáneamente. En su tercer combate logró ser campeón mundial del peso pluma, ante Gary Russell Jr. Vasyl continuó su racha victoriosa, logrando añadir a su palmarés títulos mundiales en peso superpluma y ligero. Derrotando a boxeadores de la talla de Jorge Linares o Guillermo Rigondeaux. No está al alcance de muchos púgiles, el lograr ser campeón del mundo en tres categorías de peso, necesitando tan solo 12 combates para conseguirlo.
Su carrera termina con un record de 18 victorias y 3 derrotas. No quiero entrar en si las derrotas han sido polémicas («Siri» Salido, Teófimo López y Devin Haney), pero es obvio que han sido combates muy ajustados. En su última aparición, logró volver a ser campeón mundial del peso ligero, venciendo a George Kambosos jr en Australia, ante miles de aficionados. No todos pueden retirarse así.
Pero si hay algo relevante en Lomachenko, el tema por excelencia que sale a la luz cuando aparece el nombre del ucraniano en una conversación. Es su estilo, su juego de piernas, su magia dentro del ring. El dominio de todas las áreas del boxeo. Vasyl Lomachenko eleva el boxeo a categoría de arte. Pasarán meses, años, décadas, quizás siglos y cuando alguien hable de los mayores talentos sobre un ring, tendrán que hablar del genio, de Vasyl Lomachenko.
Desde Noche de Boxeo, quiero agradecer a Vasyl, por todo lo que me ha hecho disfrutar y soñar mientras lo veía subido en el cuadrilátero. Seguro que no es la última vez que su nombre es publicado en esta revista digital. Toda despedida se queda corta.
Adiós, Vasyl.