Hace unas semanas, hice un artículo celebrando la oportunidad que se le presentaba al malagueño, Samuel Molina, de disputar el campeonato de Europa del peso welter. El año pasado luchó por conseguir el mismo cinturón, pero del peso superligero y no se dio el resultado, aunque fue algo polémica la decisión.
Presentarse en Francia y ganar un título tan importante nunca es fácil, es más, es una gran hazaña. Samuel es el español número 61 en ser campeón de Europa de boxeo profesional. El quinto español en hacerlo en el peso welter. Alfonso Redondo, Jose Luis Navarro, Ferino V y Kerman Lejarraga, sus predecesores. 70 cetros europeos ha logrado España, entre hombres y mujeres. Actualmente, Cristóbal Lorente, Tania Álvarez y Samuel Molina. En puertas de disputarlo tenemos a Jon Fernández y Salvi Jiménez.
Es una realidad, el peso welter nos ha traído muchas alegrías en el ámbito europeo, sobre todo en estos últimos años. Ferino V, en 2016, Kerman Lejarraga, en 2018, y ahora Samuel Molina.

El combate fue una defensa voluntaria de Jordy Weiss, ya que Molina estaba clasificado el número 5 en la listas de la EBU. El campeón eligió al español para esa defensa, y seguramente estaba confiado en la victoria, más de una vez he visto que los jueces le han salvado de una derrota clara. No pintaba muy bien para el malagueño. Tenía que hacer un combate impecable, y al menos ganar 8 o 9 asaltos para ir con garantías a las cartulinas, «era mi impresión y se refrendó al final del combate, al menos en un juez» dijo Charly. Bromas aparte. De todos los campeones europeos, creo que Jordy Weiss, era el más ganable.
Samuel sacó todo su repertorio y lució un gran físico, fueron 12 asaltos de mucha intensidad. Samuel sabía perfectamente lo que pasa cuando boxeas fuera de tu casa, no descuidó la técnica, pero cuando había que tirar de alma para terminar ganando el asalto, pues también lo hacía. Es muy importante, en estos combates, saber leer los momentos donde tienes que frenar el ímpetu de tu rival. El francés, de menor técnica que el español, iba subiendo el ritmo conforme avanzaban los asaltos, pero Samuel tenía contestación para absolutamente todo. Jordy Weiss se la «jugaba», pero no del todo, como si pensara que los jueces, aun haciendo poco, le premiarían el mayor ritmo en la segunda mitad del combate. De ser así, hubiese sido muy injusto.
Al finalizar el pleito, solo quedaba escuchar a los jueces. Recitaron en francés un 114-114, 116-113, 116-113 para Samuel Molina, una decisión mayoritaria. El equipo Saga Heredia, al escuchar el veredicto, empezó a saltar, fueron momentos de mucha emoción, ante el silencio del lugar, no obstante, su campeón invicto había perdido el título de Europa.
Noche importante para el boxeo español, y para el deporte español, a pesar de lo invisible que ha sido la noticia para los medios nacionales. Es incomprensible, pero ante eso, solo queda seguir trabajando por lo que amamos, que ya saldrá ese esfuerzo por algún lado. Enhorabuena a Samuel y al equipo SAGA HEREDIA.