Enmanuel Reyes Pla va a traer a España una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024. Y, como están las cosas, casi que nos tenemos que dar por contentos. La política ensucia todo, no solo en el deporte. Enmanuel, ya lo dijo en entrevistas previas a este evento, hay cosas que se ven de lejos, que están preparadas. Hay países que no son respetados en boxeo, y otros que lo son, y mucho. Se puede entender, que unos inviertan más y los logros sean bastante superiores, y los que organizan siempre tengan cierta admiración hacia distintas selecciones, pero una cosa es admirar el trabajo de un equipo nacional, o de la estructura para el boxeo de un país, y otra, menospreciar cuando un boxeador de un país menos prolífico en un deporte, gana una competición. Sabemos que el boxeo es un deporte de apreciación, pero basado en un reglamento para juzgar cada asalto. Si el reglamento te lo pasas por el forro, tienes al final de los combates, decisiones surrealistas, a todo punto, y lo que es peor, la denostación del deporte que representas.
Hoy, 4 de Agosto de 2024, Enmanuel ha disputado las semifinales, y como ya he anticipado, se trae el bronce, lo que quiere decir la derrota en dicha pelea. Perder forma parte del deporte, mucho más que ganar. Lo normal es perder. De 16 boxeadores, el torneo lo gana uno. ¿Es lo normal, o no? Claro, pero cuando haces lo que se supone que hay que hacer por ganar, según el reglamento, y la valoración, asalto por asalto, es negativa hacia tu actuación, deberías tener derecho a una reclamación, o al menos, después de una revisión, a que los responsables sean avisados, como poco.
No soy alguien al que le guste criticar a los árbitros, jueces, etc… Más bien, al revés, creo que su labor es muy compleja, en situaciones de presión tienen que tomar decisiones rápidas y correctas, pero del otro lado, están los competidores, que su labor no es menos compleja, ni dura. Cuatro años entre Juegos Olímpicos, entre medias, competiciones europeas, mundiales, etc… Lesiones van y vienen, frustraciones que van y vienen, y para rematar, debes mantener una disciplina verdaderamente dura. ¿Quién protege al deportista, que se juega cuatro años de trabajo en nueve minutos? ¿Por qué es tan fácil quitarse de en medio a un competidor, injustamente, y sin sanciones para los que juzgan? Preguntas al aire, sin respuesta. Ojalá algún día sean respondidas. Hasta hoy, nada. Situaciones que me alejan del boxeo olímpico, el amateur en general. UNIFIQUEN CRITERIOS para que los boxeadores sepan a qué atenerse.
Por último, felicitar a Enmanuel Reyes Pla por el bronce olímpico. No debería ser un «Por último», pero hoy tocaba desahogo.