Fuego cruzado, granadas de mano y la explosión de júbilo de los aficionados en cada intercambio. 65.000 almas. Décadas de un conflicto deportivo que arrastra generaciones quiere ser resuelto. Conor Benn y Chris Eubank Jr, los protagonistas.
Anoche, en el Tottenham Hotspur Stadium de Londres, tuvo lugar la velada estelarizada por Chris Eubank Jr y Conor Benn con un resultado bastante más positivo del que muchos expertos auguraban. Y es que tanto Chris Eubank Jr, como Conor Benn, no dejaron nada al azar, tenían un objetivo y fueron a por él con todas las consecuencias. En juego, el honor familiar, la enemistad que mantuvieron Chris Eubank y Nigel Benn en los ¨90, tanto dentro, como fuera del ring.
Con la velada bastante avanzada, como suele ser habitual, las televisiones transmiten la llegada al recinto de los protagonistas. Aquí es cuando Chris Eubank Jr ganó su primer asalto. El automóvil llegó al parking del estadio y la comitiva de los Eubank procedió a bajarse del coche con Christopher Eubank Sr a la cabeza. Al parecer, padre e hijo llevaban unos años distanciados y la sorpresa fue mayúscula; Eubank Sr no podía faltar. Con su habitual garbo y chulería innata, encendió el ánimo de todos los aficionados. Tanto para bien, como para mal, el señor Eubank no deja indiferente a absolutamente nadie.

Desde las indicaciones de Victor Loughlin a ambos púgiles, ya se podía intuir que iba a ser un combate lleno de emociones. Conor Benn comenzó bastante tenso. No medía bien la distancia de golpeo y se quedaba muy vendido en cada acometida. Iba muy atropellado, hecho que contrastaba con la total serenidad de Chris Eubank jr, la experiencia es un grado y en los primeros asaltos se demostró.
Conor Benn fue poco a poco apaciguando ese temperamento inicial y empezaba a colocar manos muy potentes al rostro del Eubank Jr, que lejos de parecer afectado, intentaba contestar con más furia si cabe. Pero el peligro de Conor Benn aumentaba, el combate se encendía por momentos.
La inteligencia y el boxeo van de la mano. Hay que saber jugar con todos los estímulos y ambos supieron en cada momento donde estaban y lo que les tocaba hacer. Sin embargo, había una superioridad latente dentro de este pleito. Chris Eubank Jr es un boxeador bastante más corpulento que su rival y no dejaba de demostrárselo a su rival en cada clinch, dejando caer todo su peso en Conor Benn, a la más mínima opción de peligro. Las categorías de peso están para algo.
El jab de Chris Eubank Jr fue martilleando a Conor Benn, que a su vez iba a arrancadas sueltas, sin un gran orden establecido. Muchas de esas arrancadas eran vistas con suficiente antelación por Eubank Jr. En los asaltos intermedios, ambos se alternaban el mando del combate, pero había una constante fija, Eubank Jr siempre se tenía que quedar por encima, tanto es así, que jugó en todas las distancias, le convinieran o no. Si veía un asalto perdido y tenía que fajarse para intentar remontarlo, lo hacía, y si tenía que dormir las acciones desde su distancia, también.
El combate iba llegando a su fin y quedaba lo mejor, ver si Conor arriesgaba el todo por el todo y lograba dañar a su enemigo. Chris Eubank Jr asimiló bastante bien la pegada agresiva de Benn durante todo el combate, pero en los asaltos finales vivimos un auténtico drama con intercambios en los que cualquiera de los dos se podía ir al suelo. Para colmo, un choque de cabezas le produjo un corte en el ojo derecho a Eubank Jr.

La sangre manaba, la furia dominaba cada acción y el sentido trágico de dar todo sin saber cómo acaba. Boxeo. Un último asalto de libro de caballerías. ¿Quién va ganando? Da igual, no puedo dejarme ni una pizca de fuerzas dentro. Y así es como quedan en la retina las historias, cuando hay un alma empujando a ser reconocida por otra alma sedienta de vivir. ¡Qué noche! A veces siento que exagero. ¿Qué más da? Si algo me da este deporte, son emociones, que llaman a otras emociones, igual que cuando un actor te lleva a recuerdos propios vividos. Noble arte de generar carácter donde otros ven a dos hombres con unos guantes en un cuadrilátero.
El resultado queda grabado en mi memoria como una mera anécdota. Dentro de unos años, puedo recordar muchos datos de ese día, pero lo que más voy a recordar son las sensaciones que viví. La ironía del boxeo es que no luchan por convencer a tres jueces, sino por convencer al que tienen enfrente de que son superiores en este ajedrez viviente a la velocidad de un Formula 1.
Chris Eubank Jr vence a Conor Benn por decisión unánime de los jueces, (116-112; 116-112; 116-112).
Esperamos la revancha.
Continuará.
Carlos Fernández