El 20 de Abril de este año, un boxeador cubano, pero afincado en Barcelona, se presentó en la capital de Austria, Viena, para boxear ante Mansur Elsaev (18-0), y en juego estaba el cinturón Silver de la EBU (antiguo UE) del peso semipesado. Hasta ahí, todo bien.
El combate lo ganó el cubano por ko, aunque debió terminar en el asalto anterior. Cuando acabó todo, se ve que los gestos efusivos del ganador enfadaron al equipo del boxeador ruso, residente en Austria, y se lanzaron sin contemplación a agredir al púgil cubano. Un susto grande pero con la satisfacción de traer a España una victoria importante bajo el brazo, ante un invicto y entrando de un portazo en el panorama europeo.
Os estoy hablando de Carlos Alberto Lamela, de 31 años de edad y ex campeón de España hace un año, en un solo asalto y fuera de casa, ante Adam Trenado en Talavera de la Reina.
El sábado pasado encendí el ordenador con muchas ganas de encontrar algún link en Internet, que me permitiera ver a Carlos boxear. Y es que para sorpresa de muchos, no mía, Carlos Alberto aceptó un combate en Birmingham por un título intermedio de la WBC (eso es lo de menos) ante un boxeador local invicto, es decir, un prospecto de tan solo ocho combates. Ezra Taylor, entró por primera vez a un gimnasio de boxeo con 19 años, hizo poco más de 20 combates amateur y ahora es un boxeador en la nómina del promotor Frank Warren. Bueno, por fin logré lo que ansiaba, encontré una página para ver a nuestro representante en las islas británicas esa noche. Como dije, para muchos era sorpresa la decisión de aceptar este reto debido a la posible cercanía de la opción de disputar el europeo absoluto.
El caso es que empezó el combate, el británico estaba rápido, para él todo fluía, no buscaba una mano suelta, combinaba entre tres y cuatro golpes cada vez que entraba en distancia. Carlos no lucía tan rápido, pero fue buscando su lugar en el pleito, a la mínima que ambos se quedaban en la corta distancia, Carlos combinaba sus golpes más potentes, sin olvidarse de pegar abajo para ir minando la soltura de su rival. Posiblemente y merecidamente por detalles técnicos, los asaltos caían del lado local, pero Carlos demostró un pundonor en todos y cada uno de los asaltos que se iban disputando, aguantó golpes que tumban una farola y cuando Ezra Taylor descansaba, ahí volvía el cubano a hacerle entender al británico que no había venido de turismo. El combate llegó a las cartulinas, después de diez asaltos intensos. Como era de esperar, dieron ganador a Ezra Taylor. Dos jueces vieron ganar nueve asaltos al local y uno al visitante, el otro juez vio un 7-3, algo más realista, a tenor de lo que yo vi. Mereció la pena encender el ordenador y buscar por todos los medios ver a Carlos Alberto Lamela.
De las críticas vertidas hacia él, por aceptar un combate tan peligroso, y que, posiblemente, de salir derrotado le quitaría toda opción al europeo absoluto, aparte de que tuvo que dejar vacante el EBU Silver para este evento, prefiero hacer oídos sordos. No son entendibles, entiendo que, por poner un ejemplo, a Devin Haney no le interese boxear ante Sandor Martín, mucho peligro para poco beneficio, la relación calidad-precio hace aguas, lo entiendo. Pero en este caso, y conociendo muchas de las bolsas que se reparten aquí por un Europeo, eso en el caso de que hubiera llegado la opción, pues me parece totalmente acertado salir a Inglaterra a buscarse las «habichuelas«, de ganar, o incluso perdiendo, seguro que le llaman más veces, Queensberry Promotions es una promotora muy potente, como todo aficionado al boxeo sabe.
Y ojalá todo boxeador español de nivel pueda seguir los caminos marcados, título de España, Europeo etc… pero desgraciadamente no siempre es posible, ni lo más beneficioso. Aunque la poesía del campeonato de Europa está muy bien para los libros de historia, antes hay que comer y labrarse un porvenir, y no por eso van a ser menos recordados. Y menos, un boxeador que lo da todo.
Seguiremos tus pasos, Carlos.