Por Carlos Fernández. 16-10-2025 Noche de Boxeo
El pasado miércoles tuve la ocasión de leer en la red social X (Twitter) una contestación de la cuenta oficial de la IBO al cartel del nuevo evento organizado por Matchroom Boxing de este 6 de diciembre en Montecarlo. Dicha respuesta indicaba la imposibilidad por parte de Shabaz Masoud (14-0) —actual campeón de dicho organismo— poner en juego ese título a la vez que se disputa el campeonato de Europa (EBU) en el mismo combate. Peter McGrail y Shabaz Masoud protagonizan el combate estelar de la velada.
Es la postura de un organismo que se considera parte del boxeo profesional, y con lo cual, exige unas normas claras. Están en su pleno derecho. Fuera de polémicas de sí el campeonato de Europa es más o menos importante que el mundial IBO, lo que me parece del todo preocupante es la sobreexplotación del boxeo. Cada vez se van sumando más atracciones a la verbena de la feria del pueblo y cuidando menos la seguridad de las mismas. ¿Qué quiero decir? Que la idea de que exista tanto organismo que rija el boxeo es el mayor cáncer para nuestro deporte. No hablo de la IBO, también hablo de los otros cuatro organismos que sacan tajada del boxeo sin miramientos y sin preocuparse lo más mínimo por la seriedad del mismo. Solo tienes que informarte de cuáles son los mejores del mundo en cualquier otro deporte y se entenderá lo que digo. Un deporte no se puede permitir tener cuatro campeones mundiales por peso, y, a la vez, no se enfrenten los dos mejores entre ellos, es inasumible.
Puedo estar de acuerdo de que si a una gala boxística le añades la disputa de un cinturón mundial (regular, interino, IBO, supercampeón, etc.) pueda llamar más la atención tanto de los promotores para invertir más dinero, como del público, acudiendo al evento o pagando un PPV. «¡Es un campeonato mundial!» «¡Eso hay que verlo!», pero, no han sido pocas las veces que nos hemos encontrado con combates de título mundial entre dos boxeadores que no son ni del top-10 en su categoría de peso. Con lo cual, lo que se supone que ayuda a vender más y a animar a más promotores y a boxeadores ante la cercanía de poder cumplir un sueño, es, a la vez, el auténtico cáncer del boxeo.
Esto aleja, sobremanera, al público potencial del boxeo, a las personas que dentro de unos años se pueden aficionar al noble arte. Es difícil hasta para alguien que todos los fines de semana está pendiente del calendario pugilístico. Por ejemplo, te introduces en internet para buscar al mejor púgil del peso welter y lo que te encuentras es a cuatro fenomenales boxeadores que nunca han compartido ring, pero que pueden presumir de ser el mejor del mundo en su peso. ¡PERO SI SOIS CUATRO! Por no hablar del campeón para la revista The Ring, que a veces es otro distinto. Ya sé que hay pastel para todos, pero a costa de nuestro amado deporte, esto algún día dará una explosión si es que no la ha dado ya. No podemos convertirnos en el nuevo Kick-Boxing.
Hay muchos periodistas que callan, canales, webs, que omiten su opinión por temor a que no los llamen a la siguiente convención o que no les tengan en cuenta. Yo soy libre y si algún día tengo la oportunidad de hablar con algún mandamás de algún organismo, podría darle mi opinión con todo el respeto del mundo. Si con tanto organismo, más los que se siguen sumando, ya es complicado ponerse al día, imaginar cuando esos mismos organismos sacan todo tipo de cinturones secundarios con el nombre de título mundial. Es agotador y creo que habría que empezar por ahí. Estaré loco.
Mientras escribo esto, acabo de leer en el teléfono móvil que se hace oficial el combate entre Murat Gassiev y Kubrat Pulev, el 12 de diciembre en el Dubai Duty Free Tennis Stadium. ¿Veis lo que digo? El 19 de julio en Wembley pudimos vivir la unificación total de todos los cinturones del peso pesado, por parte de Usyk. La WBA sigue promocionando su cinturón «mundial regular» en una categoría con un dueño absoluto. Es desesperante. Días antes nombraron a Moses Itauma el aspirante a ese título. Desfallezco al intentar explicar a gente nueva cómo funciona este mundillo, porque no hay quien lo entienda.
Ojalá pudieran volver los viejos tiempos, en los que había un campeón mundial por categoría de peso. Ahí sí se podía presumir de ser el mejor del mundo. Ahora, para llegar a disputar el título, tienes que pagar unas tasas por disputar cinturones intermedios que te posicionan en las listas. Si antes la mafia metía mano en los rankings, ahora lo hacen igual, solo que la trampa la han convertido en legal, pero el perjuicio para el deporte es el mismo.
¿Cuántos campeones mundiales nunca lo hubiesen sido sin la existencia de cuatro organismos? Creo que habría países que ni tendrían.